Un documento programático publicado hace años, en 2017, por el actual ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, está tomando forma mediante medidas legislativas y administrativas que buscan consolidar la soberanía israelí en Cisjordania y eliminar la posibilidad de un Estado palestino.
El texto, titulado “Plan Decisivo” y también conocido como “Una Esperanza”, fue escrito por Smotrich cuando era miembro de la Knéset representando al partido Ha-Ihud Hale’umi dentro del Partido del Hogar Judío. En él, el político israelí plantea un cambio radical de paradigma: dejar de “gestionar” el conflicto israelí-palestino para “ganarlo y terminarlo”.
En
Grupo de Control hemos analizado, con Carlos Sánchez este documento y puedes verlo aquí.
La premisa fundamental del plan
El documento parte de la base de que “no hay espacio en la Tierra de Israel para dos movimientos nacionales en conflicto” y que debe prevalecer únicamente la autodeterminación nacional judía al oeste del río Jordán. Smotrich argumenta que el nacionalismo palestino es esencialmente un “movimiento contrario al sionismo” cuya existencia misma se define por la oposición al Estado judío, lo que imposibilita cualquier coexistencia.
El plan propone tres elementos centrales: declarar inequívocamente que no surgirá ningún Estado palestino, aplicar la soberanía israelí completa sobre Judea y Samaria, y resolver el conflicto mediante el asentamiento masivo con la creación de nuevas ciudades que traigan a cientos de miles de colonos adicionales.
Para los árabes que viven en el territorio, el documento plantea dos opciones: permanecer como individuos sin expresión nacional en el Estado judío, con autogestión municipal pero sin características nacionales, o emigrar con ayuda a países árabes u otros destinos. Quienes continúen resistiendo serían tratados “con mano dura” por las fuerzas de seguridad.
De la teoría a la práctica: las medidas implementadas
Desde que Smotrich entró en el gobierno de coalición del primer ministro Benjamin Netanyahu en enero de 2023, ha obtenido poderes administrativos sin precedentes sobre Cisjordania que le permiten implementar elementos clave de su plan.
Mediante un memorando firmado el 23 de febrero de 2023 con el entonces ministro de Defensa Yoav Gallant, Smotrich asumió autoridad sobre todos los asuntos civiles en Cisjordania, separándolos del control militar. Esta división creó efectivamente un sistema de gobierno civil paralelo bajo su supervisión, mientras el ejército mantiene únicamente competencias de seguridad.
En febrero de 2024 se estableció oficialmente la Administración de Asentamientos dentro del Ministerio de Defensa, con Yehuda Eliyahu, cofundador de la organización nacionalista Regavim, como su director. Esta nueva estructura asumió competencias para aprobar planificación de asentamientos, expropiar tierras, hacer cumplir normas de construcción y legalizar puestos avanzados.
El 29 de mayo de 2024, el jefe de la Administración Civil firmó una orden transfiriendo poderes militares significativos a un nuevo cargo civil de “subcomandante adjunto”, ocupado por Hillel Roth, estrecho colaborador de Smotrich y residente del asentamiento de Yitzhar. Roth reporta directamente a Smotrich y controla ahora la mayoría de las autoridades en el Área C, incluyendo la capacidad de acelerar aprobaciones de asentamientos y obstaculizar la aplicación de la ley contra construcciones ilegales de colonos.
El 1 de julio de 2024 se completó la transferencia de poderes relacionados con asentamientos y tierras desde el asesor jurídico militar del ejército israelí a la Administración de Asentamientos dentro del Ministerio de Defensa. Las leyes y normas que rigen Cisjordania ahora se redactan bajo la orientación del ministro civil en lugar del comandante militar.
En junio de 2023, el proceso de construcción de asentamientos fue simplificado, permitiendo a Smotrich acelerar el crecimiento de colonias y acercarlo a los procesos de planificación dentro del propio Israel.

Avances concretos: el proyecto E1 y la expansión territorial
El 20 de agosto de 2025, Israel otorgó aprobación final para el proyecto de asentamiento E1, una iniciativa controvertida que había estado suspendida durante más de veinte años debido a presiones internacionales. El plan contempla la construcción de aproximadamente 3.400 viviendas en un área al este de Jerusalén que conectaría el asentamiento de Maale Adumim con la ciudad, dividiendo efectivamente Cisjordania en dos secciones separadas y cortando la conexión entre las ciudades palestinas de Ramallah y Belén.
Smotrich calificó la aprobación como “histórica” y declaró que “el Estado palestino está siendo eliminado de la agenda no con eslóganes sino con acciones”. El ministro añadió que “cada asentamiento, cada barrio, cada unidad de vivienda es otro golpe a este peligroso concepto”.
El 3 de septiembre de 2025, Smotrich presentó públicamente una propuesta acompañada de un mapa detallado para anexar el 82% de Cisjordania. El plan dejaría a los palestinos con apenas el 18% del territorio, concentrados en seis enclaves urbanos aislados: Ramallá, Nablus, Jenín, Tulkarem, Jericó y Hebrón. El mapa fue preparado por la Dirección de Asentamientos del Ministerio de Defensa israelí e ilustra lo que Smotrich describió como “máximo territorio y mínima población árabe”.
Respaldo legislativo: las votaciones en la Knéset
El 18 de julio de 2024, la Knéset aprobó con 71 votos a favor y 13 en contra una moción no vinculante rechazando el establecimiento de un Estado palestino y apoyando la aplicación de soberanía israelí en Cisjordania.
El 22 de octubre de 2025, el parlamento israelí dio aprobación preliminar a dos proyectos de ley: uno para aplicar la soberanía israelí a todos los asentamientos de Cisjordania, que pasó por estrecho margen con 25 votos a favor y 24 en contra, y otro para anexar específicamente el asentamiento de Maale Adumim, que se aprobó 32 a 9.
El proyecto más amplio fue presentado por Avi Maoz, del partido de extrema derecha Noam, y recibió apoyo de los partidos de coalición Otzma Yehudit de Itamar Ben-Gvir y Sionismo Religioso de Smotrich. Aunque Netanyahu se opuso públicamente a la votación y la mayoría de su partido Likud boicoteó la sesión, un miembro del Likud, Yuli Edelstein, rompió filas y emitió el voto decisivo, lo que le costó su puesto en el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knéset.
Tras la aprobación preliminar, Smotrich publicó en redes sociales: “La Knéset ha hablado. El pueblo ha hablado. Ha llegado el momento de aplicar plena soberanía sobre todos los territorios de Judea y Samaria, la herencia de nuestros antepasados, y promover acuerdos de paz con nuestros vecinos desde una posición de fuerza”.
Los proyectos de ley ahora deben pasar tres votaciones adicionales para convertirse en ley, pero Netanyahu ha indicado que es poco probable que permita su aprobación final debido a la oposición de la administración Trump.
Convergencia con el plan de paz de Trump para Gaza
El plan de Smotrich comparte elementos significativos con la propuesta de paz del presidente estadounidense Donald Trump para Gaza, anunciada el 29 de septiembre de 2025.
Ambos planes rechazan o marginan la posibilidad de un Estado palestino soberano. Mientras Smotrich lo hace explícitamente, el plan de Trump ofrece únicamente una mención vaga sobre un “camino condicional hacia la autodeterminación palestina”, sujeto a reformas ambiguas. Netanyahu declaró públicamente su oposición al establecimiento de un Estado palestino al presentar el plan junto a Trump.
Los dos planes exigen la desmilitarización de grupos armados palestinos y proponen sistemas de administración internacional o tecnocrática que despojan a los palestinos de expresión nacional durante periodos de transición. El plan de Trump establece un “Consejo de Paz” presidido por el presidente estadounidense y el ex primer ministro británico Tony Blair para supervisar la gobernanza de Gaza.
Ambas propuestas ofrecen opciones limitadas a la población palestina: asimilación sin expresión nacional, emigración con asistencia o enfrentamiento con las fuerzas de seguridad. Trump propuso en febrero de 2025 que Estados Unidos “se apropiaría” de Gaza y reubicaría a los palestinos en otros países, aunque su plan de septiembre utilizó lenguaje más moderado.
Los dos planes utilizan justificaciones de seguridad y “desradicalización” para desmantelar estructuras políticas palestinas existentes, condicionando cualquier participación palestina en el gobierno futuro a la aceptación de términos dictados externamente.
Reacciones internacionales y tensiones con Washington
La votación del 22 de octubre de 2025 provocó condenas inmediatas. Más de una docena de países, incluyendo Egipto, Qatar y Arabia Saudita, emitieron una declaración conjunta calificando todos los asentamientos israelíes en Cisjordania como violaciones del derecho internacional.
El vicepresidente estadounidense JD Vance, que se encontraba en Israel para supervisar la implementación del alto el fuego en Gaza, calificó la votación como “un truco político muy estúpido” y declaró: “Personalmente me siento insultado. La política de la administración Trump es que Cisjordania no será anexada por Israel”.
El presidente Trump, en una entrevista publicada el 23 de octubre de 2025, declaró: “No sucederá porque di mi palabra a los países árabes. Israel perdería todo su apoyo de Estados Unidos si eso ocurriera”.
El secretario de Estado Marco Rubio advirtió que el movimiento de anexión “podría ser contraproducente” y amenazar el plan de paz de Trump para Gaza.
Sin embargo, Smotrich respondió a estas críticas instando a los partidarios de la anexión a organizar manifestaciones masivas inspiradas en el movimiento de familias de rehenes, argumentando que podrían hacer cambiar de opinión a Trump sobre la importancia “existencial” de aplicar soberanía israelí en Cisjordania.
El ministro de Finanzas israelí declaró el 11 de noviembre de 2024 que instruyó a la Administración de Asentamientos y a la Administración Civil para sentar las bases de la anexión y preparar la infraestructura necesaria para aplicar la soberanía israelí sobre Cisjordania, afirmando que “2025 será el año de la soberanía en Cisjordania”.
La Autoridad Palestina condenó las votaciones parlamentarias, enfatizando que “los territorios palestinos ocupados en Cisjordania, incluida Jerusalén, y la Franja de Gaza, constituyen una unidad geográfica única sobre la cual Israel no tiene soberanía”. Hamas calificó los proyectos de ley como “inválidos e ilegítimos”.
El Tribunal Internacional de Justicia dictaminó en 2024 que la ocupación israelí es ilegal según el derecho internacional y debe terminar lo antes posible. La mayoría de la comunidad internacional considera ilegales los asentamientos israelíes en Cisjordania, posición que Israel disputa citando conexiones históricas y bíblicas con el territorio.