Federico Trillo, exministro de Defensa —recordado por el desastre y las mentiras del Yak-42— reapareció en Telemadrid insinuando fraude en la noche del 23-J: “se pararon los ordenadores del Ministerio del Interior durante hora y media”, dijo, y lo vinculó a un supuesto control gubernamental de Indra. Además, deslizó que “se infla el censo con inmigrantes”, que “las mezquitas pidieron el voto” logrando “180.000 votos musulmanes para Illa”, y que ya en 1989 “se anularon Murcia, Pontevedra y Melilla”. A continuación se verifica cada afirmación: el balance es de declaraciones engañosas o falsas, y otras sin evidencia.
¿Hubo un “apagón” de hora y media el 23-J?
No hay constancia pública de un corte de 90 minutos en la difusión de datos del Ministerio del Interior durante las elecciones generales del 23 de julio de 2023. Lo que sí se documentó fue una incidencia en la web oficial durante los comicios del 28-M, atribuida al exceso de tráfico. Aun así, el escrutinio continuó con normalidad y los medios siguieron recibiendo datos. Confundir ambos episodios lleva a conclusiones erróneas.
Conviene recordar que Indra no cuenta votos ni decide resultados. El recuento lo realizan las mesas electorales; la noche de las elecciones se difunden datos provisionales con fines informativos. Los resultados definitivos los proclaman las Juntas Electorales tras el escrutinio general. Por tanto, un problema de difusión web no altera el resultado legal.
“Indra está controlada y puede manipular resultados”
Falso por diseño del sistema. El contrato público adjudicado a empresas tecnológicas cubre la captura y difusión de datos provisionales (aperturas de mesa, avances de participación y recuento provisional). No intervienen en el escrutinio legal ni en la validación de actas. Presentar a Indra como “llave” del resultado es una narrativa recurrente ya desmentida: la cadena de custodia de las actas y la proclamación oficial reside en la Administración electoral, no en un proveedor informático.
“En 1989 se anularon Murcia, Pontevedra y Melilla”
Parcialmente cierto y descontextualizado. En 1989 se ordenó inicialmente repetir elecciones en las tres circunscripciones citadas por irregularidades. Sin embargo, el Tribunal Constitucional revocó las repeticiones en Murcia y Pontevedra, y solo Melilla volvió a las urnas en marzo de 1990. Omitir ese desenlace sobredimensiona el precedente y distorsiona su alcance real.
“Inflan el censo trayendo inmigrantes a los que se les da voto rápido”
Engañoso. En elecciones generales y autonómicas en España solo votan ciudadanos con nacionalidad española. Los extranjeros no votan en generales; en municipales pueden hacerlo los ciudadanos de la UE y nacionales de países con acuerdos de reciprocidad, siempre que cumplan requisitos y se inscriban. Hablar de “inflar el censo” de unas generales con inmigrantes recién llegados no se ajusta a la ley.
“180.000 votos musulmanes para Illa; las mezquitas pidieron el voto”
No existe ningún dato oficial, estudio demoscópico o investigación académica que avale esa cifra ni una instrucción coordinada de “las mezquitas” a favor del PSC. Es una afirmación extraordinaria sin evidencia verificable. Vincular religión y comportamiento electoral con números redondos y sin trazabilidad es un patrón típico de desinformación.
“Una exagente del PSOE fue a Correos para controlar el voto por correo”
Lo que hay son investigaciones concretas y focalizadas por presuntas irregularidades en algunos municipios, y noticias sobre cargos con capacidad de firma en Correos. Nada de eso demuestra un “control” general del voto por correo ni un amaño nacional. Debe distinguirse entre casos locales bajo investigación y acusaciones globales sin pruebas.
“El PP perdió 10 escaños al volver la luz”
No hay evidencia oficial de una oscilación súbita de diez escaños por un supuesto corte. La evolución de escaños la noche del 23-J fue la habitual según avanzaba el recuento. El reparto final —PP 136, PSOE 122, Vox 33 y Sumar 31— quedó fijado por el escrutinio general y la proclamación oficial. Atribuir variaciones provisionales en pantallas a fraude es mera especulación.
Contexto imprescindible: el historial de Trillo
El propio Trillo dimitió como embajador en Londres tras el informe del Consejo de Estado que atribuyó responsabilidad al Ministerio de Defensa en el accidente del Yak-42 (62 militares fallecidos). Su autoridad para lanzar acusaciones sin pruebas choca con ese precedente de mala gestión y negación.
Balance de verificación
- “Apagón de 90 minutos el 23-J”: no probado; la incidencia documentada corresponde al 28-M y un fallo de difusión no afecta al escrutinio legal.
- “Indra controla el resultado”: falso; transmite datos provisionales, el resultado lo fijan mesas y Juntas Electorales.
- “1989: anulación en Murcia, Pontevedra y Melilla”: inexacto; solo Melilla repitió finalmente.
- “Censo inflado con inmigrantes”: engañoso; los extranjeros no votan en generales.
- “180.000 votos ‘musulmanes’ para Illa”: sin evidencia; afirmación no sustentada.
- “Correos controlado por una exagente”: no probado a escala sistémica; existen causas locales.
Conclusión
Las declaraciones de Federico Trillo mezclan recuerdos imprecisos (1989), hipótesis no corroboradas (apagón del 23-J, “10 escaños” por “volver la luz”), afirmaciones jurídicamente inviables (inflar el censo con inmigrantes para generales) y señalamientos sin fuentes (“180.000 votos musulmanes”). El sistema español separa claramente recuento legal y difusión tecnológica, lo que dificulta el tipo de manipulación que sugiere. En ausencia de pruebas verificables, estamos ante una construcción conspirativa más que ante hechos.