El embargo de armas a Israel y las resistencias previsibles

El Ejecutivo impulsa la convalidación del decreto de embargo de armas a Israel, apostando por una política exterior con respaldo parlamentario. En cambio, Podemos se mantiene en la ambigüedad: lo acusa de “falso embargo” y deja al aire su voto

05 de Octubre de 2025
Guardar
El embargo de armas a Israel y las resistencias previsibles

En vísperas del debate parlamentario, el decreto de embargo de armas a Israel avanza con el apoyo explícito de varios partidos del bloque progresista. Pero la posición crítica de Podemos añade incertidumbre: tacha la norma de cosmética diplomática e insiste en que el Gobierno la rehaga si quiere su respaldo. ¿Quién rompe el pacto de lealtad en esta causa que excede lo partidista?

El respaldo institucional frente a la ambigüedad partidaria

El embrollo del decreto no está en su anuncio, sino en su tramitación. Junts, Bildu, Coalición Canaria y Compromís han confirmado su voto a favor de la convalidación, alineándose con el Ejecutivo central. La señal política es clara: respaldan una iniciativa que busca incorporar a España al lote de países que dejan de financiar la guerra más allá de palabras.

En cambio, Podemos mantiene una ambivalencia que resulta peligrosa políticamente. Acusa al decreto de no ser más que un “engaño” o un “coladero”, al no abordar en su versión actual aspectos esenciales como el tránsito de armamento o la autorización de excepciones. Pero pese a esa crítica severa, sus diputados no han adelantado su sentido del voto.

Ese papel de guardián del rigor le permite posicionarse como voz moral, pero debilita su peso real. La política no se decide solo en lo simbólico. Cuando los votos importan, la retórica crítica sin decisión concreta puede traducirse en bloqueo efectivo a una medida que —por definición— debería ser apolítica y urgente.

Insuficiencias que erosionan la norma

Podemos ha detectado fallos estructurales en el decreto. Afirman que permite:

  • Mantener comercio con filiales de empresas israelíes, sin someterlas a inspección.

  • No establecer controles rigurosos en los puertos por donde podría transitar armamento militar.

  • No suspender el uso de las bases de Rota y Morón para cargas sensibles.

  • Incluir cláusulas de excepción que habilitan al Consejo de Ministros a autorizar transferencias si se aduce “interés general”.

Esas grietas hacen que la norma sea vulnerable a interpretaciones favorables a quienes quieren mantener líneas de suministro militar. El problema no es que lo digan contra el decreto, sino que no expliquen cómo lo mejorarían ni corrijan su omisión: la exigencia de un embargo real e integral, sin escapes legales, sin subterfugios administrativos.

El Estado cumple; la derecha critica; Podemos vacila

El Gobierno ha actuado. Ha restringido el comercio armamentístico con Israel, ha asegurado que España no será plataforma militar en esta guerra, y ha puesto sobre la mesa límites normativos. Esa decisión contrasta con el discurso de sectores de la derecha, que ya anuncian voto en contra o abstención sin abrir el debate del fondo, como si armar a Israel fuera un derecho nacional incuestionable.

En ese escenario, es la actitud de Podemos que resalta. Criticar no lo hace menor obligatorio, pero exigir cambios sin expresar compromiso de respaldo convierte su discurso en obstáculo político. Ellos que repiten consignas de “justicia global” ahora debaten si levantan la mano. Esta disonancia pesa más en momentos clave.

Claves que también deben resolverse desde dentro

Para que un decreto como este no se quede en una declaración simbólica, debe superar tres exigencias:

  1. Claridad jurídica sin cláusulas que permitan eludirlo
    Si en el texto se mantiene la facultad de excepción por interés general, el decreto pierde carácter sancionador y pasa a ser una declaración condicional.

  2. Sometimiento real al control parlamentario
    No basta con convalidar; se requiere que la norma sea convertida en proyecto de ley, que las fuerzas puedan presentar enmiendas y que el texto final incorpore las mejoras exigidas.

  3. Rigor en su ejecución efectiva
    Prohibir exportaciones no es suficiente si no se controlan puertos, flotas y actividades conexas. Hay que auditar y fiscalizar cada permiso o rechazo.

Sin esos elementos, el decreto corre el riesgo de volverse letra muerta. Y ahí es donde Podemos debería demostrar que no solo critica, sino construye.

Lo + leído