Las acusaciones contra Tomé sitúan al PSOE ante un nuevo test de coherencia interna

Las denuncias contra el presidente de la Diputación de Lugo obligan al partido a reforzar sus procedimientos y a demostrar que su compromiso con la protección de las mujeres se traduce en decisiones firmes y verificables

10 de Diciembre de 2025
Actualizado el 11 de diciembre
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José Tomé Roca, presidente de la Diputación de Lugo y alcalde de Monforte de Lemos

El caso que afecta a José Tomé ha devuelto al PSOE a un terreno en el que ya no caben las vacilaciones: investigar con rigor y actuar con rapidez. La dirección asume que cada episodio de esta naturaleza pone a prueba no sólo a las estructuras internas, sino al discurso político que el partido lleva años defendiendo.

Las denuncias interpuestas por seis mujeres contra el presidente de la Diputación de Lugo han activado todos los resortes de la dirección socialista. La reacción pública llegó de inmediato: “serán apartados con contundencia”, afirmó Patxi López. No es una fórmula retórica, sino un mensaje dirigido hacia dentro y hacia fuera, consciente de que estos episodios exigen un posicionamiento inequívoco.

El partido sabe que la gestión de los casos de acoso no transcurre ya en un espacio discreto. Entra de lleno en un clima político saturado, donde cada información es utilizada para erosionar credibilidad y proyectar dudas sobre la coherencia interna. Pero la respuesta no se juega en ese terreno, sino en la capacidad de dar a las denunciantes un procedimiento solvente, transparente y, sobre todo, operativo. La protección debe prevalecer sobre cualquier cálculo partidario, porque es ahí donde se mide la consistencia de los valores que el PSOE reivindica.

Los episodios anteriores ya habían abierto un debate interno, con federaciones reclamando más claridad y seguimiento. Este nuevo caso acelera una reflexión que el partido, en realidad, llevaba semanas aplazando: cómo reforzar los mecanismos sin que el protocolo se convierta en un trámite que las víctimas perciban como distante o ineficaz. El reto del método: un protocolo que debe ser creíble en su aplicación

El PSOE fue pionero al disponer de un canal interno para denuncias de acoso, pero la existencia del instrumento no basta. En política —y más aún en una organización que aspira a mantener liderazgo en materia de igualdad— cuenta la percepción de eficacia, que es lo que está en juego en este momento. Las denunciantes piden seguimiento claro, tiempos definibles y acompañamiento jurídico. La dirección afirma que los plazos se están cumpliendo y que la investigación seguirá adelante aunque el acusado renuncie a su militancia. Pero las expectativas han cambiado y  las mujeres no reclaman gestos, sino garantías.

Este es el punto en el que se sitúa hoy el PSOE. Lo que antes se entendía como una respuesta suficiente ya no lo es. La sociedad, y especialmente las generaciones jóvenes, no admiten que la cultura organizativa siga operando con inercias del pasado. Y un partido que ha colocado la igualdad en el centro de su identidad no puede permitirse que sus procedimientos generen dudas.

El impacto externo llega de manera inmediata: la oposición exige explicaciones y algunos socios parlamentarios elevan el tono. Sin embargo, la dirección socialista evita entrar en esa dinámica y subraya que el asunto no admite instrumentalización partidaria. La prioridad es la protección de las mujeres y la credibilidad de los procedimientos, insiste Ferraz. Pero, inevitablemente, cada nuevo caso altera el clima interno. El PSOE se mueve en un equilibrio delicado: responder con firmeza sin convertir la política de igualdad en un terreno de disputa interna. El mensaje de la dirección busca contener ese riesgo, consciente de que estos episodios afectan a la autoexigencia del partido y a la confianza de su propia base militante.

La duda que sobrevuela es nítida: ¿ha llegado el momento de revisar a fondo los protocolos para adaptarlos a un escenario en el que las expectativas sociales son mucho más estrictas que hace apenas unos años? Todo apunta a que sí. La dirección ha dejado entrever que habrá reuniones presenciales con los equipos jurídicos y que se reforzará el acompañamiento a las denunciantes. Será en esa gestión, más que en las declaraciones, donde se mida la capacidad real del partido para sostener su compromiso. El PSOE retiene aún la iniciativa, pero sabe que la ventana de credibilidad es limitada. La igualdad no puede ser solo un estandarte; debe ser un comportamiento verificable, también —y sobre todo— cuando las denuncias emergen desde dentro.

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