El cierre de la Administración Trump: Una crisis que trasciende fronteras y sacude a Europa

¿Cómo afectará a Europa y, concretamente, a España?

01 de Octubre de 2025
Actualizado a las 21:15h
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Donald Trump. Imagen de archivo
Donald Trump, presidente de los EE.UU

El cierre del gobierno federal de Estados Unidos iniciado hoy, 1 de octubre de 2025, no deberíamos interpretarlo únicamente como una crisis política interna, sino que bien podríamos plantearnos la posibilidad de que pueda suponer un "terremoto económico" cuyas ondas sísmicas se expandan por todo el mundo, con Europa y España como testigos directos. Cabe la posibilidad de que nos encontremos ante el ejemplo claro de cómo la disfunción institucional estadounidense puede convertirse en un problema global de primer orden.


Anatomía de una crisis con alcance global


El "shutdown actual" (apagón), es el primero en casi siete años. Afecta a aproximadamente 750.000 empleados federales y paraliza los servicios gubernamentales considerados “no esenciales”. Sin embargo, las implicaciones trascienden las fronteras estadounidenses porque, como señalan los analistas, Estados Unidos sigue siendo el ancla económica mundial de estabilidad, y cualquier perturbación en su funcionamiento institucional genera efectos dominó inmediatos.
La situación actual presenta características únicas respecto a cierres anteriores. La Administración Trump ha manifestado su disposición a utilizar el cierre como herramienta para identificar personal “no esencial” que podría ser despedido permanentemente, convirtiendo lo que tradicionalmente era una suspensión temporal en una potencial reestructuración masiva del aparato estatal federal. En este sentido, y atendiendo a otros presidentes que están actualmente en ejercicio con su "motosierra", no deberíamos pasar por alto este hecho, pues puede suponer un duro golpe para la administración pública y un precedente. 


El impacto directo sobre la economía europea

Los economistas han cuantificado ya las primeras consecuencias: un cierre de dos semanas tendría un impacto negativo en el PIB de la UE de 4.000 millones de euros, cifra que se elevaría a 16.000 millones si se prolongase ocho semanas. Esta magnitud convierte la crisis política estadounidense en un problema económico europeo de primera magnitud.
El mecanismo de transmisión es múltiple. En primer lugar, el cierre paraliza operaciones federales como la concesión de préstamos o permisos, interrumpiendo la labor de organismos de supervisión, lo que ralentiza la actividad económica estadounidense y, por extensión, reduce la demanda de productos europeos. Las importaciones europeas que llegan a Estados Unidos se encuentran con menos personal gubernamental en puertos y aduanas, generando retrasos que pueden alargar significativamente los tiempos de entrega y disparar los costes logísticos.


España: vulnerabilidad moderada, pero algunos sectores pueden verse afectados 

Para España, el impacto directo está siendo relativamente limitado en comparación con otras economías europeas. El país tiene una exposición comercial directa con Estados Unidos del 4,4% del PIB, significativamente menor que el 10,1% de la media de la eurozona.

En 2024, España exportó 18.179 millones de euros de bienes a Estados Unidos, situando al país norteamericano como el sexto destino de las exportaciones españolas con un peso del 4,6%.
Sin embargo, ciertos sectores españoles presentan una vulnerabilidad considerable. Estados Unidos es el segundo país de destino para los vinos convencionales envasados españoles, con ventas que alcanzaron 390 millones de euros en 2024. El sector del aceite de oliva, donde España exporta productos por valor superior a los 1.000 millones de euros anuales, también enfrenta presión adicional.
La situación se ha visto agravada por el contexto arancelario previo. Las exportaciones españolas a Estados Unidos cayeron un 14,4% en mayo de 2025, y en el acumulado de los primeros cinco meses del año la caída fue del 4,8%. Los principales grupos del Ibex 35 han perdido más de 13.000 millones de euros en patrimonio neto durante el primer semestre de 2025 debido al impacto de la depreciación del dólar.


Efectos cascada en los mercados financieros
Los mercados europeos han mostrado volatilidad inicial con recuperación posterior. El FTSE 100 londinense subió un 0,7%, el DAX alemán recuperó terreno tras pérdidas iniciales, y el CAC 40 parisino siguió una tendencia similar. Sin embargo, el IBEX 35 madrileño registraba descensos del 0,2% a mediodía.
El oro ha alcanzado máximos históricos como activo refugio, mientras que el dólar se debilita, un fenómeno que agudiza un año tormentoso para la divisa estadounidense por la incertidumbre Trump. Los analistas de JPMorgan señalan que el shutdown es especialmente negativo para el dólar si se alarga hasta los datos de inflación del 15 de octubre, lo que dificultaría la toma de decisiones a la Reserva Federal.


La dimensión institucional: Erosión de la confianza en el sistema

Más allá de los números, el cierre actual evidencia una crisis de credibilidad institucional que preocupa a los socios europeos. La agencia europea de calificación crediticia Scope ha advertido que el cierre gubernamental es otro elemento negativo para la calificación crediticia estadounidense, señalando que muestra una polarización política cada vez más profunda en la mayor economía mundial.
Esta erosión institucional tiene implicaciones estratégicas para Europa. Como señalan los analistas, la capacidad de la OTAN para disuadir a Rusia y otros actores se basa en un postulado básico: Estados Unidos es un actor estable, organizado, nuclear, dotado de un mando militar disciplinado. El desmantelamiento metódico del aparato estatal está poniendo en cuestión este supuesto fundamental.


Respuesta europea: Entre la adaptación y la autonomía

La Unión Europea se encuentra ante un dilema estratégico. Por un lado, 20 Estados miembros apoyaron expresamente a Zelenski tras el incidente en el despacho oval, mientras que seis prefirieron callar y Hungría se decantaba por Trump, evidenciando las divisiones internas sobre cómo responder a la nueva realidad estadounidense.
Francia lidera la corriente que aboga por mayor autonomía estratégica europea, mientras que países como Polonia y los bálticos defienden una posición de alineamiento pragmático con Estados Unidos. Esta división complica la respuesta coordinada europea ante la crisis institucional estadounidense.


Perspectivas a corto y medio plazo

Los expertos coinciden en que la duración del cierre es más importante que el cierre en sí. Cada semana de bloqueo resta entre un 0,1%-0,2% al PIB estadounidense, pero los efectos suelen recuperarse cuando se consigue un acuerdo. Sin embargo, las amenazas de Trump de despidos masivos durante el cierre introducen un elemento de incertidumbre sin precedentes.
Para España, el Gobierno ha implementado un plan de apoyo que incluye financiación y servicios personalizados de exportación a 1.000 empresas que más exportan a Estados Unidos ante la política de los aranceles. El ministro Carlos Cuerpo ha señalado que aún no se observa un impacto significativo en los datos comerciales, aunque reconoce que es pronto para determinar el efecto general.


Lecciones para Europa

Perspectivas a corto y medio plazo

La crisis actual pone de manifiesto la fragilidad de un sistema global excesivamente dependiente de la estabilidad institucional estadounidense. Para Europa, representa tanto un desafío inmediato como una oportunidad histórica para acelerar su proyecto de autonomía estratégica y reducir su vulnerabilidad ante futuras crisis institucionales en Washington.
La respuesta europea a esta crisis está aún por ver, pero sin duda, determinará si el continente logra convertir la dependencia en fortaleza, o si continúa siendo un apéndice próspero pero impotente del poder estadounidense. Para España, con su menor exposición directa pero vulnerabilidades sectoriales específicas, la clave estará en aprovechar su posición como actor puente para favorecer la autonomía estratégica europea mientras protege sus intereses comerciales específicos.
El cierre de la Administración Trump no es solo una crisis política estadounidense: es un test de estrés para el conjunto del sistema occidental que obliga a Europa a replantearse sus fundamentos estratégicos en un mundo cada vez más incierto.

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