En economía hay un truco clásico: confundir renta (lo que entra cada año) con riqueza o patrimonio neto (lo que tienes menos lo que debes). En renta, Estados Unidos sigue siendo el rey del escaparate. En patrimonio, el guion se vuelve más raro: el “bottom 50%” estadounidense, la mitad con menos patrimonio, apenas concentra en torno al 2,5% del patrimonio neto agregado. En China, las estimaciones comparables sitúan al 50% inferior cerca del 6% (alrededor de 2021), según el. WID - World Inequality Database.
Dicho en román paladino, la mitad más pobre de los chinos es el doble de rica que la mitad más pobre de los estadounidenses. O dicho de otra manera. En veinte años China ha sacado de la pobreza extrema 700 millones de sus ciudadanos, mientras que en Estados Unidos, no ha hecho más que aumentar. Y eso con universidades al alcance de todos y sanidad universal, lo que multiplica su capacidad de ahorro.
¿Magia estadística? No. Arquitectura social y financiera. En China, la vivienda funciona como el gran “activo popular”. La tasa de propiedad de vivienda se disparó hasta más del 90% en 2017 (con diferencias urbano/rural). En Estados Unidos, en cambio, la vivienda se ha convertido en un filtro: si no entras, pagas alquiler; si entras tarde, pagas intereses; y si te caes, no hay red.
El segundo freno es la deuda que abrasa a los americanos; esa forma elegante de decir “pagar el futuro a plazos”, si es que hay futuro. El saldo de préstamos estudiantiles en Estados Unidos ronda los 1,65 billones de dólares. Y el estrés aparece en los márgenes: en 2025, el informe del New York Fed alertó de un salto en transiciones a morosidad grave en préstamos estudiantiles.
Si a eso sumas la especialidad local, la deuda médica, la foto patrimonial se entiende sola: una estimación basada en datos oficiales (SIPP) calcula que 20 millones de adultos arrastran deuda médica “significativa” y que el total sería al menos 220.000 millones de dólares. El sueño americano, visto así, no es una bandera: es un interés moratorio. Y la gente reza cada día… para no ponerse enfermo.
Ahora, el contraste irónico: innovación y músculo tecnológico no garantizan que el nivel de vida y el patrimonio “goteen” hacia abajo. En 2023, la oficina china (CNIPA) recibió 1,68 millones de solicitudes de patente, frente a 598.085 en la USPTO; China concentró el 47,2% del total mundial. Pero si miramos “ingenieros”, China es el país con más ingenieros del mundo, aunque en sentido amplio de investigación, en 2022 Estados Unidos seguía teniendo más densidad de personal investigador: 4.825 investigadores por millón frente a 1.849 en China (2022). Sin embargo, la administración Trump ha reducido, y en mucho esta cifra, habiendo aumentado sensiblemente la de China.
¿Y la esperanza de vida? Aquí no hay goleada, de momento. En 2023, la esperanza de vida en Estados Unidos se situó en 78,4 años. China estaba en cifras similares alrededor de 78. Sin embargo, mientras que esa edad se queda estanca en Norteamérica, el índice de China aumenta una media de 0,3 años por cada ejercicio, de manera que podríamos situarlo ya superados los 79 años. Y encima sin problemas de casa, atención médica o geriátrica.
Y es que la política de "Prosperidad Común" (Common Prosperity) de Xi Jinping está impulsando regulaciones que limitan los beneficios excesivos en sectores tecnológicos y educativos para proteger este patrimonio del 50% inferior, a diferencia del modelo de desregulación estadounidense.