La Asociación de Trabajadores Esenciales Afectados por la Vacuna AstraZeneca continúa su batalla por visibilizar a cientos de trabajadores que sufrieron efectos adversos graves tras vacunarse como parte de su obligación laboral durante la pandemia de COVID-19.
Pedro García García es profesor de Física y Química en el Institut Numància de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona). El 24 de febrero de 2021, siguiendo las indicaciones conjuntas de las Consejerías de Educación y Sanidad de la Generalitat de Cataluña, se vacunó con AstraZeneca como trabajador esencial. Las autoridades le instaron a dar ejemplo a alumnos y familias para asegurar la educación presencial, asignándole esta vacuna sin posibilidad de elección. Hoy entrevistamos a Pedro para conocer cuál es su situación actual y cómo avanzan las labores de la asociación ATEAVA
El 17 de marzo de 2021, apenas tres semanas después de la inoculación, su vida cambió radicalmente. García comenzó a experimentar dolor abdominal intenso, hinchazón y hemorragias por la boca. Fue ingresado de urgencia en la UCI del Hospital del Mar de Barcelona, donde le diagnosticaron dos trombos: uno en el pulmón y otro inusual en la vena porta. Sus plaquetas se desplomaron de 270.000 a 50.000.
“Me vacuné tal y como nos pedía el Estado como trabajador esencial para dar ejemplo a alumnos y familias y asegurar la escolaridad presencial. El Estado nos asignó esta vacuna por nuestra profesión y ahora se desentiende”, declaró García.
ATEAVA: dar voz a los invisibilizados
Ante la situación de abandono institucional, Pedro García fundó ATEAVA en diciembre de 2021, una asociación sin adscripción política alguna que agrupa a más de 130 trabajadores esenciales (principalmente mujeres, un 80% de sus miembros) que sufrieron efectos adversos graves tras la vacunación con AstraZeneca.
La asociación tiene como objetivos principales dar visibilidad a los afectados, buscar la normalización de su situación, exigir el reconocimiento de sus dolencias como enfermedad profesional o contingencia laboral, e impulsar investigación sobre las reacciones adversas.
Entre las patologías más comunes que presentan los asociados se encuentran la encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica, trombosis, miocarditis, parálisis, pérdida de fuerza en extremidades, dolores crónicos de espalda, migrañas, incontinencias urinarias y mareos.
Victoria judicial histórica
El 17 de marzo de 2025, exactamente cuatro años después de su ingreso en la UCI, el Juzgado de lo Social número 31 de Barcelona dictó una sentencia pionera que reconoció que las trombosis de Pedro García fueron consecuencia directa de la vacunación y, por tanto, constituyen un accidente laboral.
Esta resolución judicial obliga al Estado a reconocer la contingencia laboral, lo que implica que García tiene derecho a prestaciones superiores a las de una baja común, incluyendo el cobro del 100% del salario desde el primer día, mejor cotización y posibles indemnizaciones por secuelas.
“Hace justicia. Nos vacunamos siguiendo las recomendaciones del Estado para ir a trabajar, proteger a los niños y asegurar el derecho a la educación presencial. Durante cuatro años el Estado no ha querido reconocerlo. En tres días, la Justicia ha dicho sí”, afirmó García tras conocer el fallo.
La sentencia sienta un precedente fundamental. El abogado Francesc Feliu, que representa a García y tiene interpuestas otras 20 demandas por la misma causa, explicó que “es una sentencia innovadora desde lo jurídico. Por primera vez se considera como accidente laboral, algo de lo que en España ni se ha querido hablar”.
Cuatro años de lucha y silencio institucional
Desde su creación, ATEAVA se ha reunido con múltiples instituciones: la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, la Unidad de Seguridad y Salud del Trabajo de la Fiscalía General del Estado, la Defensoría del Pueblo, el director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, y representantes de los ministerios de Derechos Sociales y Trabajo.
Todos estos encuentros han resultado en buenas palabras pero ningún compromiso efectivo. El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ni siquiera ha respondido a las peticiones de reunión de ATEAVA.
Pedro García también compareció en febrero de 2022 ante la Comisión de Investigación sobre la gestión de la vacuna en el Congreso de los Diputados, donde expuso la situación de los afectados sin que se tomaran medidas concretas.
“Pasamos de esenciales a invisibles”, ha denunciado García en reiteradas ocasiones, resumiendo la experiencia de quienes respondieron al llamado del Estado y ahora se sienten abandonados.
Secuelas permanentes y vuelta al trabajo
Actualmente, Pedro García ha regresado a su labor docente, aunque convive con secuelas permanentes. Si bien el trombo pulmonar se resolvió, la vena porta que riega su hígado permanece tapada al 100%. Su hígado funciona gracias a capilares creados por el propio órgano como mecanismo de compensación.
Aunque hace vida relativamente normal, la resolución judicial constituye un salvavidas para un hipotético futuro en caso de que su salud se deteriore, garantizándole derechos laborales y asistenciales que le habían sido negados.
Un cómic para la memoria colectiva
Recientemente, Pedro García ha impulsado un proyecto de crowdfunding para financiar un cómic titulado “17 de Marzo: La vacuna nos cambió la vida”, con ilustraciones de Daniel Torrado. La obra de 64 páginas narra su historia desde los primeros síntomas hasta la sentencia judicial, pasando por la hospitalización, la creación de ATEAVA y el juicio.
“Cada afectado de la vacuna COVID tiene un día señalado donde su vida cambió por completo. Cuando se cumple el quinto aniversario del inicio de la vacunación COVID en España, este cómic aspira a catalizar el más que necesario análisis de lo ocurrido desde el punto de vista político, periodístico y social”, explica el proyecto.
Reivindicaciones de ATEAVA para 2025
En el actual contexto de 2025, ATEAVA y el sindicato USO, que colabora con la asociación desde sus inicios, vuelven a reclamar que se reconozca la vacunación como hecho causante de las patologías que sufren los afectados y que se considere contingencia profesional.
La asociación lamenta la situación de abandono institucional y pide que las autoridades se comprometan activamente a hacer efectivas sus reivindicaciones, investigar las reacciones adversas y prestar la atención médica necesaria a los afectados.
ATEAVA recalca insistentemente que no tiene adscripción política alguna y se desvincula por completo de cualquier movimiento negacionista. “No somos antivacunas. Prueba de ello es que nos vacunamos para garantizar la educación presencial y proteger a los demás”, enfatiza Pedro García.
La lucha de Pedro García y ATEAVA representa una cuestión fundamental de justicia social y reconocimiento de derechos laborales: la responsabilidad del Estado hacia quienes cumplieron con su deber durante la pandemia y ahora requieren ese reconocimiento y apoyo institucional que la Justicia ya ha comenzado a otorgar.