Europa se posiciona como un actor clave en el emergente sector del pescado cultivado en laboratorio, con empresas pioneras que proyectan llevar sus productos al mercado para 2030. Este desarrollo representa un cambio significativo en la industria alimentaria, donde la biotecnología promete revolucionar la producción de proteínas marinas sin necesidad de pescar en los océanos.
Innovación tecnológica en el corazón de Europa
En la ciudad universitaria de Lovaina, en Bélgica, la startup Fishway trabaja intensamente para desarrollar peces cultivados a partir de células madre. “Comenzamos obteniendo una muestra de tejido de un pez, de la cual se aíslan células madre. Estas células se nutren cuidadosamente en un ambiente optimizado con las condiciones y nutrientes adecuados para fomentar la proliferación”, explica la empresa en su web oficial.
Paralelamente, en Hamburgo, Alemania, la empresa Bluu se prepara para enviar caviar cultivado en laboratorio a Singapur en los próximos meses. Cornelius Lahme, director de marketing de Bluu, aclara que “no dejamos crecer un filete real, dejamos que las células crezcan. Las células tienen que sentirse como si estuvieran viviendo en el cuerpo del salmón atlántico, por ejemplo, y entonces comienzan a dividirse”.
Ventajas competitivas del pescado sobre la carne cultivada
Las empresas del sector pesquero cultivado destacan ventajas significativas sobre la carne de mamíferos cultivada. Annelies Bogaerts, directora ejecutiva de Fishway, señala que “la carne de células de mamíferos necesita cultivarse alrededor de la temperatura corporal, que son unos 37 grados. Entonces, los biorreactores necesitan calentarse a esas temperaturas, lo que consume mucha energía”. En contraste, las células de pescado pueden desarrollarse cómodamente a temperatura ambiente, lo que representa un importante ahorro energético.
Lahme añade otra ventaja crucial: “Hay células inmortalizadas naturales en los peces… esto significa que pueden crecer o dividirse para siempre sin ninguna pérdida de calidad”, algo que no ocurre con las células de mamíferos.
Financiación y desarrollo empresarial
Bluu Seafood ha conseguido financiación significativa para su expansión. En 2023, la empresa alemana recaudó 16 millones de euros en una ronda Serie A liderada por Sparkfood, una filial del grupo empresarial multinacional portugués Sonae, y LBBW VC. Estos fondos se destinaron a lograr la aprobación regulatoria de sus primeros productos, ampliar la investigación e iniciar la producción piloto.
La empresa, fundada en 2020 por el Dr. Sebastian Rakers y Simon Fabich, utiliza actualmente líneas celulares de salmón del Atlántico, trucha arcoíris y carpa común, y ha producido palitos y albóndigas de pescado junto con prototipos de sashimi de salmón.
Marco regulatorio y perspectivas de mercado
Fishway planea solicitar autorización en la UE para 2027, con expectativas de comercializar sus productos en el bloque para 2030. “Esperamos que sea antes”, declara Bogaerts. El proceso regulatorio europeo requiere que cualquier nuevo alimento pase por una evaluación exhaustiva de seguridad por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) antes de ser autorizado para su comercialización.
En contraste con la cautela europea, Estados Unidos ha tomado la delantera. En 2025, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó el primer salmón cultivado en laboratorio de la empresa Wildtype. Este producto ya se sirve en restaurantes estadounidenses, marcando un hito histórico en la industria alimentaria.
Proyección económica ambiciosa
El think tank Good Food Institute Europe estima que el mercado global de pescado cultivado podría alcanzar un valor de 510.000 millones de euros para 2050, con el crecimiento impulsado por la región Asia-Pacífico. En el contexto específico de la Unión Europea, la carne cultivada (incluyendo pescado) podría añadir hasta 85.000 millones de euros a la economía europea y crear hasta 90.000 empleos altamente cualificados para 2050.
España, por su parte, podría generar hasta 9.000 millones de euros en ingresos anuales en el sector de carne cultivada para 2050, contribuyendo con hasta 10.000 millones de euros a la economía nacional y generando 18.000 empleos altamente cualificados.
Estrategia de mercados asiáticos
Las empresas europeas están mirando hacia Asia como mercado inicial. Bluu planea lanzarse primero en Singapur, el primer país del mundo en aprobar la carne cultivada en laboratorio. “Somos una empresa europea. ¿Por qué vamos a Asia primero?”, se pregunta Lahme, quien atribuye esta decisión al entorno regulatorio más favorable en la región asiática comparado con Europa.
Las autoridades de Nueva Zelanda y Australia han contactado con la startup alemana invitándoles a trasladarse a la región, lo que refleja la competencia global por atraer estas tecnologías innovadoras.
Sostenibilidad y beneficios ambientales
El pescado cultivado ofrece "ventajas ambientales significativas". Según Fishway, sus productos están libres de metales pesados, microplásticos y contaminantes químicos que suelen encontrarse en el pescado salvaje. La empresa alemana Bluu también destaca que su pescado cultivado “está libre de microplásticos, fármacos o metales pesados”.
Bogaerts de Fishway no ve su empresa como competencia directa para la pesca tradicional: “No estamos contra las pesquerías tradicionales o la acuicultura. Realmente espero que no nos vean como competencia porque no creo que lo seamos”. La ejecutiva sugiere que los productos celulares podrían cubrir la brecha entre la oferta y demanda de pescado en el futuro cercano.
Posición de la industria pesquera tradicional
Contrariamente a las tensiones observadas en el sector ganadero, la industria pesquera europea muestra una actitud más receptiva, según Euractiv. Daniel Voces, director de Europêche, afirma que “el pescado cultivado en laboratorio no representa una amenaza para el sector. Como mucho, podría convertirse en una fuente complementaria, como la acuicultura, para satisfacer la creciente demanda global de alimentos azules en el futuro”.
Desafíos regulatorios en Europa
Las empresas europeas se enfrentan a obstáculos regulatorios. Lahme critica que “estamos hablando de si podríamos llamar ‘hamburguesa’ o ‘salchicha’ a las proteínas alternativas”, describiendo esto como “no una buena señal” para los inversores. El Parlamento Europeo ha prohibido el uso de términos como “hamburguesa” o “salchicha” para productos vegetales o carne cultivada en laboratorio.